jueves, 3 de mayo de 2012

De cómo comenzó todo, de mi blog y de cómo “el estúpido escribir” ya tiene un año


Supongo que todo comenzó aquella tarde de hace poco más de un año en la que puse en Facebook la siguiente pregunta: “¿Y si hago un blog?”. Lo dije más que nada por bromear, como respuesta a alguien que me había puesto en algún otro de mis pensamientos facebuquianos: “Deberías tener un blog”. Sin embargo, a pesar de que no lo dije como un intento serio de tener uno, la respuesta me sorprendió bastante. Todos decían “Yo lo leo”, “Anímate” y cosas así,  y, aunque yo no soy mucho de creer en lo que dice la gente, ante la idea de que ellos valoraran realmente la posibilidad de que yo pudiera tener un blog, pues yo también empecé a considerarlo seriamente. Pero como no sabía nada de blogs (jamás había seguido uno) ni tenía idea sobre qué tema pudiera hacerlo, dejé la idea por algún lado. Hasta un miércoles en el que me sentía particularmente apático, y decidí que algo tenía que sacarme de mi ordinaria vida.

Así, cuatro días después, escribí el primer post de este blog, titulado “De cómo comenzó todo, de los blogs y de cómo “estúpido” quiere decir precisamente lo contrario” en el que, cual génesis, contaba  una historia no conocida por ninguno de mis allegados sobre mi única experiencia como escritor 20 años atrás. Unos meses antes de este primer post, había escrito cuatro hojas de Word en la que yo mismo me daba consejos para no volverme loco y al guardarlo lo había titulado “El estúpido escribir” sin saber que esas tres palabras cambiarían mi vida en más de una manera. Pues con el título del blog y el primer post ya escrito, solo faltaba crearme uno. Casi sin preguntarle nada a nadie, me busqué un servidor, escogí una plantilla que me recordaba mucho el estilo country y los carteles de “Saloon” y “Wanted”, escogí una foto donde pareciera intelectual y desenfadado al mismo tiempo, la puse en color sepia para que se acoplara a la plantilla, y se acabó: en seis días había creado mi blog.

De esta forma, esa mañana del martes 3 de mayo publiqué por primera vez, avisé por Facebook y me fui a la escuela sin mirar atrás. Solo pedí en secreto que, al regresar, tuviera al menos 10 visitas. Tuve 42. Hoy ya son 18320. También tenía una quincena de comentarios, todos positivos. Y justo cuando los leía, me llegó un correo diciéndome que había sido escogido para un evento en Canadá. Y todos sabemos esa historia cómo terminó. ¿Casualidad o buen karma? No creo que sea necesario establecerlo, sino más bien, disfrutarlo. Pues bien, con la introducción ya hecha y la promesa de 15 visitantes de regresar, me dije: “Bueno, ¿y ahora de qué escribo?”.

Y los temas fueron apareciendo. Así, esa misma semana, escribí tres posts más (rendimiento no repetido hasta ahora, ya que me di cuenta un día que escribo más rápido de lo que la gente lee) acerca de relaciones virtuales, profesores maléficos y renuncias. Luego vinieron otros, algo más elaborados, acerca de comparaciones de los cubanos con el Imperio Romano, los amigos que se van del país y cambian, los ex por todas partes, la buena compañía de la soledad y el olor de los momentos olvidados. Y para cuando me di cuenta, ya tenía un estilo, lectores asiduos y la necesidad de seguir escribiendo.

Entonces me fui a Montreal y conté en un post escrito dos horas antes de irme acerca de la maldición de mi familia. Maldición que en las últimas dos líneas se podía leer que había roto. Así, mi blog no solo hablaba de mis pensamientos y fenómenos pasados, sino que también comenzaba a tener una importancia real en mi presente. Con este mismo espíritu describí luego con lujo de detalles mi primer viaje en avión, el evento al que había ido y otras peripecias en el hermoso primer mundo.

Y precisamente en Montreal, un día, me volví escritor. Y uno valiente. Gracias a un post en dos partes que marcó un antes y un después de mi blog. La parte de valiente la descubrí al publicar la primera parte y no importarme el lujo de detalles íntimos declarados. La de escritor no la descubrí hasta dos meses después, cuando leí por primera vez la segunda parte, después de haberla escrito durante ocho horas seguidas en una cafetería, bajo los efectos secundarios de una droga y llorando todo el tiempo. Tenía pánico ante el exceso de sensibilidad puesto en este escrito, pero al leerlo me gustó lo que leí. Mucho. Entonces, los releí todos y me gustaron todos. Y me di cuenta que mi vida ordinaria al ponerla en palabras escritas cobraba mucho más valor.

Así, en esa mezcla de “reality show” con literatura clásica, vinieron más posts, ya de nuevo en el tercer mundo. Historias de cuando era niño y me gustaban las matemáticas y los andamios, de hombres pasados y presentes que entran y salen de mi vida, de mi pasión por el deporte, de Montreal y sus fiestas nudistas y amigos salvadores, de una palabra de cinco letras que algunos servidores censuraron y que “provocó” que recibiera 1000 visitas en tan solo una semana. Después me quedé sin Internet, pero no sin pasión por escribir, así que seguí haciéndolo y publicando donde pudiera acerca de hombres en closets, huérfanos hermanos, y estudiantes y profesores que terminaron siendo desempleados. Así, mi pasión por escribir se convirtió en mi primera pasión y me llevó incluso a empezar a escribir otras cosas.

Y así llegamos al día de hoy en el que mi blog es una parte intrínseca de mí. De hecho, citando a una alumna, la gente cree que me conoce de toda la vida cuando lo lee. Y hacen bien. Además, tienen acceso a muchos pensamientos, sentimientos y maneras de expresarme completamente inéditos, ya que muchas veces uno solo enseña la cara más simpática. Ya a veces ni le cuento nada a mis amigos: espero a escribirlo y después se los mando a leer. Es más fácil.

La mayoría de las personas que me rodean han leído alguna vez mi blog. Y eso no incluye solo a mis amigos, sino también a familiares, amantes, vecinos, alumnos y, en más de una ocasión, la propia persona de la que estoy hablando en algún post. Esto ha traído alguna que otra complicación, acompañada de muchos ejercicios de retórica, cambios de nombres, géneros y circunstancias para que ni los mismos protagonistas se den cuenta de que se habla de ellos. Así he tenido que incursionar en el terreno de la ficción casi obligatoriamente. En otros casos pues no he cambiado ni el más mínimo detalle. Pero lo que nunca he cambiado es la emoción de lo que se cuenta, que al final es lo que nos interesa a todos. Y es que, aunque uno escriba para uno y sobre uno, todos los seres humanos vivimos la misma vida, lo que no nos damos cuenta y nos aislamos. Eso lo descubrí también gracias a mi blog.

He violado cuanta ley de blogs pueda haber. La longitud de mis posts, el lenguaje literario de algunos, el estilo conversacional de otros, la no inclusión de links de ningún tipo para que la lectura no sea interrumpida…de todo. A veces creo que es un libro que publico poco a poco. Un libro muy mío. He jugado con cuanto género literario he querido, desde la literatura erótica hasta la ciencia ficción, pasando por el cuento en tercera persona, el tratado lingüístico y la prosa poética. Lo seguiré haciendo. He recibido críticas y consejos, por supuesto, y en la mayoría de los casos los he ignorado también. Ya sé que el que no oye consejos no llega a viejo, pero yo soy así. Además, la vejez está sobrevalorada.

Me puse tres objetivos con el blog: hacer reír, emocionar y reflexionar. Ustedes me dirán si lo he logrado, pero lo que sí sé es que yo mismo me he reído, emocionado y reflexionado con lo que he escrito, tanto al hacerlo como muchos meses después al releerlos. Y me he divertido mucho también. Ya por ahí solamente este blog es ganancia.

Lectores he tenido siempre. No solo aquellos que empezaron el primer día, sino muchos otros que se fueron incorporando después. Y no solo los que dice mi blog que han entrado. Muchos otros los reciben  por correo electrónico o lo leen en la computadora de alguien más. De muchos solo tengo conocimiento a través de terceras y cuartas personas. Así, me gusta creer en las historias de la alta dirigente de alguna universidad del Oriente del país que atesora mi post sobre la soledad, o de ese otro en Jovellanos que se tranca en su oficina y dice que está reunido para leer mi blog. O la amiga que lo imprimió y se sentó en un parque porque no la dejaban concentrarse en el trabajo, el anónimo que lloró en un tren, el profesor que se lo leyó a sus estudiantes en clase o la amiga que se fue y llamó a otra amiga para preguntarle si ella había cambiado. Los otros que han tenido que controlarse la risa para que no los regañen en el trabajo y los que han llorado en el medio de lugares insólitos y han tenido que mentir y decir que algo les cayó en un ojo. Quiero creer que hay muchos más, cuyas historias nunca conoceré, pero que quiero que sepan que me interesan y me emocionan también.

A pesar de que este blog es acerca de mí, lo es además del mundo que me rodea. Así, protagonistas de este blog han sido también Ray, Jorge, Andrés82, Hermione y Snape, mis ex, Catalina, Alberto, Meryl Streep y Amy Winehouse, Yumicusisleidys, Analeidys y Misisleidys, los embajadores de la Francofonía de las Américas (aplauso, aplauso, aplauso), los imbéciles, el entourage de Cucu Diamantes, Amar, la Universidad de la Habana, Alexis y Marina, el bicurioso Jake, el nudista Dan, el inodoro inteligente y la perrita Dagmar, el Sr. Inaccesible, los días de lujuria, el Ciudad Habana 2, “The Andamio Kids”, Montréal, Marianao y el Vedado, la palabra “pinga”, el hombre real, el "Club de Corazones Rotos y Aburridos de lo Mismo", el Circo del Sol, Bill y Sally, el herido, mi sustituida amiga Amelia, Eduardo Bermúdez, Lulú, el estudiante, el profesor y el desempleado, Sergio y su closet, Damián y Eddy, el cojo, Héctor y sus siete hermanos, el tipo que me gustaba mucho, el pequeño Laurent, Ciudad Libertad, mi tía y mi gata. Gracias a ellos, por prestarme sus historias.

No sé que haya en el futuro, aunque imagino que cosas buenas. Pero sí sé lo que hay en el pasado. En este año entero. Esta es la hermosa historia de un ordinario profesor universitario que creó su propio blog y, gracias a él, se encontró consigo mismo, con su pasado, con sus ganas de escribir y con mucha gente capacitada para entender sus historias. De alguien que había tenido una vida rica, amigos y enemigos increíbles, peripecias extraordinarias y pensamientos profundos y divertidos a la vez, pero que nunca los notó con tanta claridad hasta aquel día en que encontró algo estúpido que escribir.


PD: Dedico este orgulloso post de aniversario a mí mismo, por tener la buena idea, la osadía y la perseverancia de tener un blog como este. También se lo dedico, con igual orgullo, a todo aquel que le haya mandado alguno de mis posts a otra persona, haya puesto “Me gusta” en Facebook, se lo haya recomendado a alguien o simplemente se haya sentado ante alguno de mis 50 posts, lo haya leído desde el “todo comenzó” inicial hasta la postdata final y en el proceso se haya reído, emocionado o reflexionado.

15 comentarios:

alien dijo...

FELICIDADES!!!!
Muchas Felicidades por este año Raul!!!

Cruella de Vil dijo...

Ya pasó un año??? Si casi no me lo creo, pareciera que fue ayer que me recomendaron este blog ("de boca en boca se pasa la verdad".) Pues que vengan mas escritos que nos hagan reir, emocionar, reflexionar !!!

Ps. Eso de que escribres mas rápido de lo que te leen.... mmm discrepo, una buena lectura puede ser adictiva y algunos esperamos ansiosamente cada uno de tus posts :)

Raúl Reyes Mancebo dijo...

Ah, pues me encanta saber eso!!! Después no digas que no te advertí, jaja.

Raúl Reyes Mancebo dijo...

Pues gracias, Alien! ;-)

Grisel dijo...

Felicidades Raulito, por este año que se nos ha ido volando con tantas risas, emociones y reflexiones. No solo nos has enseñado a eso, nos has enseñado a vivir, a ver la vida de otra manera o por lo menos a mí. Nunca imagine cuando te vi en la Sala Talia que podías algun dia escribir y hacerlo tan bien. Antes (hace poco más de un año) te reconocía como el muchacho de: "Me Voy de Nuevo". Ahora te conozco como un Gran escritor, será que cambiaste de profesión??? jjejeje FELICIDADES. No se francés pero te lo diré en Portugues que e sel idioma que me gusta "PARABÉNS"

El cazador de burbujas dijo...

Yo fui quien lloro en el tren, el comentario salio anonimo porque lo hice desde el telefono! Un beso grande, te quiero!

Iris dijo...

Congrats Raúl! Realmente una lectura adictiva. Y sabes q? tienes q publicar mássssss. Ayuda a esta adicta d tu "estupido" escribir.

Anónimo dijo...

happy birthday to you!!!!!!!!!!!

besitos Rauli!!!

Pétrus dijo...

Hola Raúl!!! Me encanta como escribes, te leo siempre...
Felicidades!!!
Besos desde Brasil.

Deyanira dijo...

Felicidades Raúl!!!!! Gracias por compartir tus historias y por ser tan buen escritor. A todo el que encuentro le recomiendo tu blog. A mí me tienes enganchada, no paro de revisar si tienes posts nuevos. Otra vez, muchas gracias!!!!!!!

Un beso y hasta el próximo post,

Anónimo dijo...

...tengo una amiga que te adora, y cuando terminó de leer este post nos dijimos a la cara: "Hay mama!!!"

alain dijo...

Pues a seguir y a no dejarse encantar por las exigencias de Plaza y Janes

Unknown dijo...

Ya te lei un año! y es como que de la mano me llevas y me dices mira!! asi es como mi vida se construye! nunca crei que alguien podria marcar tanto y enfatizar aun mas mi dia a dia, suerte que ahora estoy desempleado y me paso el dia leyendote a cada rato y es como que ya no vivo mas mi vida para sumergirme en la tuya con cada frase tuya! y es que hay tanto de lo que dices en mi manera de ver el mundo que entenderte es inmediato.
Sea donde estes ahora (y lo sabre ahora que te siga leyendo)te mando un abrazo enoooorme! desde Ecuador!
Y ya te empiezo a querer. jaja

Santiago Torres Destéffanis dijo...

Pensándote a ti mismo --que no otra cosa supone narrarte-- nos ayudas a los demás a hacer lo propio, por coincidencia o por contraste. ¡Menuda y generosa carga autoimpuesta!

EXILIADO dijo...

Y yo mas+turbanteandome como fakir en la internet y ahorita recien te descubri. . .


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