jueves, 14 de febrero de 2013

El día de los que no estamos enamorados (y nos va bien así)


Queridos amigos solteros, ha llegado ese infame día anual en el que la sociedad se arma de rosas y corazones con el único objetivo de recordarnos que a nosotros nadie nos quiere. Ese día en que por mucho que nos digan que “también es el día del amor y la amistad” para justificar en parte la existencia de tal criminal jornada, no podemos evitar sentirnos más solos que el último dinosaurio. Ese 14 de febrero anual (¿no podía ser el 29?), Día de San Valentín, que en Cuba – laica como ella sola – traducimos con un nombre mucho más sencillo y directo para que, al igual que con las películas americanas con títulos muy complejos, no tengamos que rompernos mucho la cabeza para saber de qué va: “El día de los enamorados”.

Escribo la frase y me sale una mueca. No puedo evitarlo; es un reflejo incondicionado. Pero - aunque mi párrafo inicial haga pensar lo contrario - este post no es en contra de tal celebración. Este post es, precisamente, a favor del amor. Pero de un amor que la sociedad nos ha llevado a olvidar y que hasta aún a los más avanzados de nosotros nos cuesta años hasta darnos cuenta de que es perfectamente legítimo: el amor a ser solteros.

Por supuesto que me seguiré burlando durante toda mi vida del 14 de febrero, no solo porque la ironía es lo que nos separa de los primates, sino porque es muy fácil burlarse de algo que está lleno de corazones rosados. Pero odio no le tengo (antes sí). Incluso me parece que está bien. Si hay un día del orgasmo femenino y otro de la protección de datos en Internet, bien puede haber uno para que la gente que se quiera se de regalos y se vayan a comer camarones a algún restaurante caro.

Ahora bien, antes de dejarlos tranquilos y pasar a nosotros, seamos un poco cínicos (y no por ello menos verdaderos). Cuando uno está en una relación, el 14 de febrero es una tortura igual. Tómenlo de mí, que he estado en muchísimos de estos días en el papel de “enamorado”. Ni nos queríamos más porque fuera el día de los enamorados, ni nos poníamos a pensar en qué dichosos éramos por tenernos, ni siquiera teníamos sexo ese día porque era todo estrés con el regalo y con encontrar algún bar donde no hubiera mucha gente. Así que si usted nunca ha tenido novio; créame, no se pierde nada en este día.

Puedo ser más ácido y afirmar que la mayoría de los “enamorados” que yo conozco no se quiere realmente; solo tienen problemas de soledades y autoestimas y por eso están juntos. Se engañan, se dan golpes, se desprecian y se hacen mil barbaridades. Si les contara con cuántos hombres casados he estado en las mañanas del Día de San Valentín poco antes de que fueran a comprar el regalo de sus esposas…Y sin embargo, en este día, como si fuera un juego de sillas musicales, todos se aguantan a sus parejas como para gritarle al mundo “¡yo tengo una silla, no me quedé fuera cuando paró la música!”. Patético.

Pero también hay muchos otros que se quieren de verdad y no son hipócritas cuando se comen los camarones. Son los menos, pero existen. ¿Por qué no entonces felicitarlos por su amor? Claro que se pueden demostrar su amor todos los días, pero en esa fecha se miman un poco más. Nada malo en eso. Además, nosotros los solteros amamos muchísimas cosas también. Los amigos, las mascotas, nuestras profesiones, las orgías, Québec, las aceitunas, nosotros mismos. Definitivamente, no está mal la fecha (aunque pudieran ser menos empalagosos, eso sí).

Pero vayamos a lo que sí me molesta: nosotros sintiéndonos mal por ser solteros. Dejándonos llevar por estereotipos sociales y pensando que somos unos incompletos solo porque no tenemos a nuestra “media naranja” (la persona que inventó esa frase se merece la guillotina por inventar una de las frases más codependientes de la lengua española).

Lo primero que debemos hacer es darnos cuenta qué tipo de soltero somos. ¿Es usted soltero porque tiene que ver más con su personalidad o es soltero porque no tiene suerte y no se ha encontrado a nadie? Lea de nuevo el primer párrafo y este lo ayudará a darse cuenta: ¿se siente usted así o no en este 14 de febrero? Si es usted de los segundos, el único consejo que le puedo dar es que siga buscando ya que en este mundo, como diría mi tía, para cada roto hay un descosido. No ceje y ya verá que podrá tener sus 14 de febrero con alguien. En serio.

Pero los protagonistas de mi post somos los otros. Mis enemigos me disculparán, pero yo me considero una naranja en su totalidad. No necesito a nadie que me complete. ¿Me gusta interactuar con otras naranjas? Por supuesto. ¿Dejarme llevar por ellas e integrarlas a mi personalidad hasta que ambos seamos la misma naranja? Pues miren que no. Y tengo más de una razón para ello.

Primero: yo considero que he llegado a un nivel de depuración de pensamiento y de satisfacción espiritual tal que otra persona tan cerca de mí lo único que podría hacer es empañarlo. Segundo: nadie es lo suficientemente sensual/sexual/bueno en la cama como para tomar el lugar de muchísimos hombres sensuales/sexuales/buenos en la cama juntos (y sí: esas cosas son muy importantes para mí). Tercero: no tengo ganas de poner en peligro mi estabilidad emocional (o mi descalabro emocional) por el pasado, el presente o el futuro de otra persona. Cuarto: no tengo absolutamente ningunas ganas de mejorar los defectos que sé que tengo para poder caer bien en la vida de nadie. Quinto: yo le doy más importancia a la pasión que al amor, y como ninguna pasión dura más de seis meses prefiero levantarme por las mañanas con esa incertidumbre fabulosa de “¿qué me pasará hoy?”. Sexto…Pudiera seguir toda la tarde y muchos de ustedes tienen que ir a comer camarones.

Por supuesto que a veces uno se cuestiona todas estas cosas. Y en ocasiones se dice “¿cómo sería casarse y tener un hijo?” Y me arengo todo el derecho de sentirme solo a veces y querer que me acurruquen. Pero eso no quiere decir que quiera dejar de ser soltero o que esto “sea una fase”. Es el mismo cuestionamiento que se hace un “enamorado” cuando se dice “¿y si lo dejo todo y me voy pal’ carajo?”. Ambos estados tienen sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas y uno tiene que asumirlo todo en el mismo paquete. Incluso está en todo su derecho de cambiar de estado cuantas veces lo quiera según el estado de ánimo. Lo que si no puede pasar es que se vea a sí mismo como un error por ser soltero y feliz (los solteros infelices insisto en que no pertenecen a esta categoría) solamente porque la sociedad le dijo un día que lo fundamental en esta vida era la familia y la reproducción de la especie (otro que debían llevar a la guillotina por ausencia de personalidad).

Pero que yo sea feliz con mis actos y mis decisiones no quiere decir que mis amigos lo sean. Nada me molesta más que la pregunta de “¿tienes novio fijo?” Es como si hasta que no responda “sí” estoy en la adolescencia o en un estado de stand-by previo a la felicidad. ¡Por favor! Pregúntenme “¿te sientes pleno?”, “¿sonríes sin motivos a veces?”, “¿el corazón te late más rápido en ocasiones?”. No me pregunten cosas tan fuera de lugar como “si tengo novio fijo”.

Hay que aclarar que mucha de esta gente lo pregunta por una preocupación genuina por uno (aunque obviamente llena de estereotipos erróneos y arcaicos), pero muchos otros lo hacen por pura envidia. Necesitan que uno tenga un ancla para ellos sentirse mejor con las suyas. Uno anda por ahí acostándose con mangones, llorando en terminales de metro y viviendo la vida de la manera que quiere vivirla mientras ellos están aburridos con sus esposos aburridos en sus aburridos 14 de febrero.

Anécdota: hace unos meses en La Ronde (el parque de diversiones) hice una cola enorme para montarme en la gigantesca estrella, emocionado por oír mi iPod mientras veía toda la ciudad de Montreal a mis pies, solo para descubrir al llegar mi turno que una sola persona no se puede montar en una cabina de la estrella. Tienen que ser al menos dos. Puse el grito en el cielo, por supuesto, y el muchachito me dijo: “traiga a su novia”. Eso: doble ofensa. Lo miré y le dije: “Para tu información, no me gustan las mujeres: me gustan los hombres. Pero ningún hombre me gusta tanto como para compartir mi viaje en la estrella con él. Díselo al imbécil que inventó esa regla tan estúpida.”

Sí: hay grandes probabilidades de que los demás no nos entiendan jamás. Que nos pongan mínimos de dos, que nos sigan preguntando tonterías y que sigan diciéndonos cosas como “el año que viene ya verás que tienes a alguien”. Pero no importa. Si usted - aunque sea uno solo - entiende lo que estoy diciendo y logra aplicarlo a su vida y ser feliz, al margen de todo eso, estas tres páginas de Word habrán valido la pena.

Por eso exijo la creación de un “Día de los que no estamos enamorados y nos va bien así”. Escojan cualquier fecha (lejana del 24 de octubre que es mi cumpleaños y no quiero que me hagan un solo regalo) y celebrémonos. Felicitémonos, hagamos que los enamorados nos feliciten, brindemos por nosotros mismos y comamos camarones nosotros solos pensando en lo bien que nos va. “¿No tienes una mujer que te robe el oxígeno? ¡Felicidades!”, “¿Te sientes seguro contigo mismo y eres autosuficiente? ¡Felicidades!”, “¿Te acuestas con quien quieres y no te sientes culpable? ¡Felicidades! “¿Eres feliz aunque no te dejen montar en la estrella? ¡Felicidades!”

Así que no nos molestemos con los 14 de febrero (sigamos burlándonos tan solo para ejercitar la mente) y valoremos también a las personas que se aman entre ellas. A las que se aman de verdad. No hay nada de malo en eso. No son el enemigo. Son nuestro complemento, aunque no lo sepan. Cuando pare la música y no nos sentemos en ninguna silla, sigamos bailando de todas formas y dejemos que los demás piensen que estamos locos por ser felices aun sin silla. Al día siguiente, al levantarnos en la mañana, tendremos esa incertidumbre fabulosa de “¿qué me pasará hoy?” que – para algunos de nosotros – es tan importante como la mejor silla del mundo.

13 comentarios:

Santiago Torres Destéffanis dijo...

Sospechaba fuertemente que me sentiría identificado con este post y así ha sido. También soy una naranja completa; y si algún día llego a involucrarme con alguien, será con otra naranja entera. La mera idea de ser el complemento de alguien me produce una severa claustrofobia. Así que seguiré como hasta ahora: solo pero no solitario, ni misántropo, ni infeliz, ni ajeno al amor.

Miguel G. Dorta dijo...

Me encantó la analogía y lo bien que me hizo sentir. Y, ¿porqué no escoger este día también?

Feliz día de los que no estamos enamorados y nos va bien así.

Darth Vader dijo...

Que bueno es andar por la vida sin muletas! ni medias-naranjas! Que bueno ser absolutamente conscientes de que todos estamos solos, de que no eres feliz por estar con alguien, sino que eres feliz -o infeliz- por mérito propio, mas allá de tener o no compañero. Tal vez lo mas difícil es deshacernos de los miedos y mandatos tan bien transmitidos: la soledad en la juventud, la deidad (que nos soluciona todo a cambio de poner nuestro libre albedrío en el freezer), la soledad en el ocaso, los límites auto-impuestos... que sensación de maravillosa liviandad deshacerse de esta mochila y disfrutar cada día y amar y ser amados por la vida, por tus amigos, por tus hijos (si los tienes), tu música, tu amante fijo u ocasional... por tus ideas geniales o estúpidas... cómo no disfrutar tanto amor? Claro que sería fantástico caminar con alguien tan libre como uno, a veces lo encuentras, no siempre.

Daniell dijo...

Pues yo estoy enamorado de ti, y me va bien así! =)

Ales dijo...

ha estado genial este post, me ha dado una sensación de alivio constatar que hay más personas que sienten como yo, si, yo aun no puedo soltar ese yugo de que "la familia es la base de la sociedad", me pesa creer y sentir que no es así,por eso, te agradesco este post,un abrazo!

Unknown dijo...

Felicidades chulo!!!..por un post tan completo y educativo y feliz “Día de los que no están enamorados retrogradamente"..ese días se celebra de 364 días 6 horas 9 minutos y 9.75 segundos del año...así que disfruta de lo que realmente estas enamorado..!!!(mientras puedas porque sé que llegara el día te conviertas en un loco enamorado de alguien..verás y será el mas hermoso de tus post)
Besos
Yo.

Unknown dijo...

Genial, como todos tus posts!!! Y yo, sumamente identificado!!!!!! Gracias por hacernos ver la vida asi, como naranjas completas y felices!!!Y tus razones para sentirse asi, estan mas alla d todo!!! Genial!!!!

Unknown dijo...

Yo estoy gratamente enamorado pero aun así comparto muchas, muchas ideas al respecto.

Felicidades por tu blog.

Unknown dijo...

Excelente escrito!!!!! Felicitaciones!!!!

Letras en el café dijo...

Tengo que decir que antes pertenecía al otro bando, aunque después me di cuenta que solo me dejaba llevar porque todos lo hacían, pero realmente en el fondito, suponfo que me da igual. Y ahora estando soltera, porque así lo decidí tengo tiempo para amarme todos los diás y celebrar con una rica comida o chuchería, o música el dia que me de la puta gana. Si antes no te conoces y no te sientes pleno, como uno pretende querer conocer tooodo de otra persona, y más que esta quiera hacer cambios en nuestra vida. Excelente escrito

Rossana Oliva dijo...

Wao! Felicidades! Eso es plenitud!

Unknown dijo...

Soy mi naranja entera. Dulce, ácida o jugosa pero feliz. Estoy abierta al amor pero no en pánico si no llega. Luz Paz Amor y Armonía

Anónimo dijo...

Por favor sigue escribiendo. 😘


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