Supongo que todo comenzó aquella
tarde de hace más de 20 años en que nos reunieron a todos los estudiantes de
Ciudad Libertad interesados en las artes, que teníamos nuestra cita semanal los
viernes a las 4:20, y nos comunicaron que ese día no daríamos clases de nuestra
manifestación correspondiente porque había un concurso de escritura en el que
todos debíamos participar. Como había tantos niños hubo que escribir tirados en
el piso, habiéndonos dado el excesivo plazo de una hora y no más de una hoja a
nuestra disposición. A los que practicábamos teatro nos pusieron en una esquina
del lugar, cerca de las bailarinas y los pintores. Los de redacción estaban en
el piso de arriba, probablemente sentados en sillas y supervisados por su
profesora habitual. Mis queridos amigos del teatro, hoy vagos comunes de
Marianao, no hicieron absolutamente nada, por supuesto, salvo poner su nombre y
quizás algo como “había una vez”. Yo, estudiante cumplidor y responsable,
escribí la historia de un niño desorganizado que de pronto aprendía la
importancia de ser consecuente con el mundo que lo rodeaba. Por supuesto, no
usé la palabra “consecuente” en esa ocasión.
Y un mes después, o quizás más, en
otra ceremonial congregación de viernes por la tarde, anunciaron que el ganador
a nivel municipal del obligatorio concurso de escritura no era otro que yo.
Recuerdo mi emoción al oír mi nombre seguido del apellido de mi papá y el de mi
mamá. Quizás los que me conozcan no me crean pero yo era un niño muy modesto y
no siempre tan seguro de sus acciones. Así que salí adelante con mi pañoleta
sucia (era viernes por la tarde) y mi distintiva hilera de dientes al aire a
recoger mi premio. Me dieron muchos regalos (pequeños, pero muchos) y los
compartí - lo digo en serio - con todos mis amigos del taller de teatro,
quienes estaban aún más felices que yo. Hay que precisar que aunque futuros
desempleados eran muy buenos niños. Ese
fue un buen día.
Quisiera decirles que este fue el
inicio de una hermosa historia entre la literatura y yo, pero no: fue la única
incursión de mi vida en este género, al que sin embargo considero como la más
grande de las artes. Me fui para otros lados, me diluí, consideré que tenía
talento para otras cosas y el escribir lo dejé reservado para otros. Lector sí
(de absolutamente todo), pero escritor no. Algunos monólogos escribí después,
cuando me creí actor, y en la universidad redacté más de un buen reporte en
francés o inglés. Pero eso fue todo, nada que no fuera para ganar aplausos o
sacar un 5.
Y llegó la era de los blogs. En
algún momento de nuestras vidas el escribir un blog se convirtió en uno de los
deberes básicos del ser humano, junto a casarse con una buena mujer, no robar,
y trabajar. Todo el mundo parece tener uno. Según Wikipedia hay actualmente 156
millones de blogs activos en el mundo. Esos son muchos blogs. Así que me dije,
después de leer algunos de los de mis amigos y explorar un poco por aquí y por allá,
que por qué no. Puedo juntar mi buen humor, mi mal carácter y mi ausencia de
faltas ortográficas y hacer uno.
Pero ¿sobre qué sería mi blog? Fue
eso lo que me detuvo tantos meses. ¿Idiomas? ¿Cine? ¿Sexo? ¿Yo mismo?
Innumerabilidad de temas me interesan, eso es seguro. Finalmente la respuesta
me vino sola hace cuatro días: de lo que me dé la gana. Así que no hay reglas.
Escribiré lo que quiera, de la forma que quiera, cuando quiera y donde quiera.
En realidad, creo que todos los blogs son así, pero me veo en la necesidad
conmigo mismo de ponerlo por escrito.
Quizás el nombrarlo “estúpido” sea
una técnica de mi subconsciente para no darle la importancia requerida y de
esta forma poder hacerlo en cantidades industriales, sin preocuparme tanto por
el producto final. El perfeccionismo es uno de mis mayores defectos, que me
lleva a postergar las cosas y a ser un finalista nato, así que a combatirlo:
mucha escritura y poco cuidado de cómo se hace.
Es oficial: el niño de hace más de
20 años ha vuelto. Ahora sentado en una computadora, un poco más cínico, con
dos idiomas más y muchas más historias por contar acerca de niños
desorganizados que súbitamente descubren la necesidad de ser consecuentes con
el mundo que los rodea. No espero ganar ningún premio ahora (como no lo
esperaba aquella vez) y ni siquiera espero que lo lean (aunque me gustaría).
Prometo ser yo mismo y no traicionarme jamás para ganar algún que otro lector.
Quiero desempolvar mis neuronas escritoras y darme cuenta que el plasmar por
escrito lo que uno piensa te lleva inevitablemente a reafirmarlo.
He escrito esto y ya me siento
convencido de seguir haciéndolo. Quizás el blog sea uno de los deberes básicos
del ser humano que yo sí pueda cumplir (ya que los otros…), quizás me ayude a
quitarme un poco el cinismo (aunque no tanto) y quizás pueda hacer reír,
emocionar o reflexionar a los que lo lean, y de esta forma lograr que, al
final, este escribir no sea tan estúpido.
PD: Dedico este post inicial a
todos mis amigos del taller de teatro de hace 20 años, a quienes nunca más vi,
y a quienes descubrí, escribiendo esto, cuánto aprecio les tuve.
19 comentarios:
Muy bueno, de veras...
No sé si las felicitaciones van aquí o en FB, da igual. Muchas felicidades, me ha encantado! Muy buen comienzo. :)
me gustó muchisimo,no te creeras buen escritor pero lo eres!!!
Para mi, te lo volviste a ganar!(al premio me refiero) Además te puedo decir q desde antes de decidirte a escribir, sabía q serías todo un éxito! Me tenías como una de tus seguidoras y aún más hoy! Me ratificas, leyéndote, lo enganchador, genuino e interesante que puedes ser! Un beso y mis más sinceras felicitaciones.
genial rauli, tu como siempre, me ha encantao...ahora no pierdas el ritmo y sigue publicando. un besito
Definitivamente me alegra que te decidieras a escribir porque estoy segura que aprendere mucho de tus publicaciones.Y nada, que sepas que en mi tendras una fiel lectora.Ya quiero leer algo mas....jajajja Besos
Genial, no esperaba menos.
Me declaro fiel lectora de lo que esta por venir.
Un beso grande.
No quiero parecer aduladora, pero..."honor a quien honor merece". Creo que por primera vez en mi vida activa como internauta (la cual comenzó hace 5 años +/-) seguiré un blog...¡hasta me dan ganas de escribir uno! :-D Mira lo que has logrado...gracias, de veras.
Y la foto de perfil...mmm...linda! No, si cuando yo lo digo! :-P...Lore
al fin te decidiste!!
a ver.. te cuento que no he leído nada ..pero lo haré..sólo quería avisarte
Me encanta como escribes, es deleitante leer tus memorias, me traes nostalgia por aquellos años, me encantaria te pusieras y escribieras algun libro. te quiero :)
Ja, ja, Anónimo, no sé quién eres, pero me encanta que me avises que me vas a leer. Besotes para todos (y muchísimas gracias). No olviden leer los otros posts.
Muy bueno los dos post, me gustaron mucho
Creo que has franqueado un paso importantísimo: ser tú mismo al sentarte frente al ordenador. Lo principal, que es el talento, lo tienes, como pudimos constatar en esta suerte de blogogénesis. Me divertí mucho leyendo estas líneas y lo único que te deseo es que siempre encuentres ese equilibrio transparente pero palpable que distingue un texto imprescindible - sea el post de un blog "estúpido" o una obra maestra de la literatura universal - de un folletín borrajeado. Saludos desde París, Iskander
Me encanto el estilo, te imaginas que me dije: no tengo tiempo para Raul (porque de veras no tengo tiempo, casi ni me he enterado que estoy en Paris, pero une vez mas: chapeau!!!
qué bien que hayas ganado ese obligatorio concurso de escritura! qué bueno poder leer tu blog!!!! me ha gustado mucho..
Ja me agarro de esta linea "ni siquiera espero que lo lean (aunque me gustaría)." debería decir "procuren leerlo o ya verá lo que les espera". Leido está, y a pesar de tus caracteristicas muy caracteristicas que es lo que te hacen ser tú, me gustó mucho y digo más sigue así, saca esos demonios o angles que tienes y compartelos, es una manera de hacerte inmortal (lo leí en algun lugar, jeje, pero es verdad). Go ahead.
sabes? me sucedió lo mismo cuando estaba como en 3er o 4to grado pero fue con un concurso de dibujo. Recuerdo que en mi aula había un niño que dibujaba muy bien y me dijo que iba a ganar él. El dibujo era por el 4 de Abril y solo recuerdo que dibujé una acampada en la campiña cubana y un guajirito montado a caballo. Cuando crecí y recordé mi atroz dibujo, me pregunté por qué gané yo que no soy dibujante ni mucho menos (lo mío son las letras) y no el muchacho aquel (que probablemente si sea un artista de la plástica ahora).
Como sea, dicen que al que nace pa' martillo del cielo le caen los clavos querido :)
me gusta tu blog y que seas cínico te hace encantador.
Te doy gracias por ese talento que además carece de faltas de ortografía, que creo, es lo segundo más importante.
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